En esta época del año no es infrecuente ver las filas de orugas procesionarias migrando de los pinos para enterrarse. Esto presenta un peligro para animales excesivamente curiosos como los
perros, que al tomar contacto con las orugas, se envenenan. En gatos es mucho más difícil (aunque no imposible) que esto ocurra, debido a lo selectivos y cautos que son por naturaleza, a
diferencia de los perros. Hablo de envenenamiento o intoxicación, porque aunque generalmente se dicen picaduras, las orugas no pican, de hecho, el simple contacto con una zona por donde han
pasado o se ha caído un nido y haya pelillos de las orugas, puede provocar esta afección. Esto es debido a que los pelos de las fases larvarias de la procesionaria del pino (Thaumatopoea
pityocampa) contienen un veneno, la thaumatopina, el cual les confiere capacidad urticante para su propia supervivencia.
Así pues, los perros se afectan por contacto directo con los pelos, los cuales necesitan clavarse sobre la piel intacta para liberar el veneno. La zona más afectada en los perros es la boca,
sobre todo la lengua, porque suelen lamer las orugas o la zona con pelos, pero si los pelillos se meten en los ojos (por ejemplo, arrastrados por el viento), la reacción también puede darse
ahí.
Los síntomas más característicos que produce esta intoxicación son hipersalivación (babeo exagerado), excitación, dolor, prurito facial (intenta rascarse la cara), inflamación edematosa
de labios y cavidad bucal (lengua hinchada) e incluso de la cabeza en general y a veces vómitos. La evolución normal si ha habido contacto con la lengua y/u otra parte de la mucosa oral, es que
la zona afectada de esta se necrose (se muera el tejido), cambiando de color y termine cayéndose ese trozo. Si el veneno llega a la laringe es un gran peligro ya que el animal puede morirse por
asfixia. Y también hay riesgo de shock anafiláctico en animales particularmente sensibles o por envenenamientos sucesivos, que pueden derivar en la muerte del animal.
El tratamiento debe instaurarse lo antes posible, preferiblemente en cuanto nos demos cuenta de que el animal está afectado. Se trata de una urgencia. La primera medida que recomiendo
es lavar abundantemente la zona con agua templada con limón o vinagre. Aparte de una serie de procedimientos que puedan ser necesarios dependiendo de la severidad de cada caso en particular, el
tratamiento convencional típicamente se basa en corticoides y antihistamínicos principalmente. Personalmente no me impresiona, ya que el control de la inflamación, posible infección y demás puede
lograrse igualmente con tratamiento homeopático adecuado, pero además la clara ventaja que presenta la homeopatía dada a tiempo es que se puede prevenir la necrosis y desprendimiento de la
lengua, además de provocar una curación mucho más rápida en la mayoría de los casos.
Aún así, la mejor medida para luchar contra esta intoxicación es la prevención. Durante la temporada de las procesiones de las orugas, hay que estar vigilantes y evitar que los perros se
paseen alrededor de pinos en que se observen nidos o zonas dónde se vean las hileras de orugas. Si en nuestros domicilios hay pinos con nidos, debemos responsabilizarnos de podar esas ramas y
quemar los nidos antes de que salgan las filas de orugas para evitar la eclosión de las larvas. Con esta última medida, de paso, les haremos un favor a los pinos al sanearlos.
FUENTE DE INFORMACIÓN: Santitisi Malteses
http://www.weim.net/homeovet/dsp/infoMC20.htm